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Salud y Masaje - Quiromasaje y Masaje deportivo

Experiencias

El ácido úrico - el masaje puede ayudar.

El ácido úrico - el masaje puede ayudar.

No hace mucho, gracias a Internet se puso en contacto conmigo una persona la cual decía tener problemas en las piernas. Dolores, inflamación, etc. Quería saber si con masajes esos dolores se podían aliviar. Claro está, al preguntarle un poco más por su salud salió a la luz un problema bastante habitual y con difícil solución desde el punto de vista del masaje: el ácido úrico.

Si echamos mano de nuestra gran amiga, la Wikipedia, el ácido úrico es un compuesto orgánico de carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno. Su fórmula química es C5H4N4O3.

Ahora bien, para que todos nos entendamos, el ácido úrico es un compuesto de desecho que el cuerpo debe de tirar, de normal por las heces y orina y que en elevada concentración es perjudicial para la salud.

Los problemas que nos puede ocasionar son por todos conocidos, desde gota (que duele como mil demonios) hasta cálculo en el riñón (que duele como dos mil demonios). Y ¿por qué duele tanto una situación límite producida por una hiperuricemia? Fácil, por el ácido úrico se cristaliza en pequeños (microscópicos) trocitos y estos se clavan literalmente.

Los lugares más frecuentes en los que se alojan estos cristales son las articulaciones, de normal desde los dedos de los pies hasta la rodilla y el riñón, lugar por el que debería de ser eliminado por la orina.

El caso que me ocupaba ya presentaba en uno de los tobillos el conocido tofo gotoso (depósito de ácido úrico que se genera entre la dermis y el tejido celular) en forma de hematoma pero de forma muy ligera.

Después de hablar con él y ver que seguía una dieta equilibrada, aun sufriendo ligero sobrepeso, decidimos empezar aplicando masajes en las piernas combinado con limpieza de los ganglios inguinales (después de consultarlo con su médico) con el fin de eliminar, dentro de lo posible, el exceso de desechos.

Desde el primer masaje el cliente observó una espectacular reducción de volumen en los pies y piernas, a la vez de descarga muscular y alivio de dolor. Tras varios masajes casi semanales, hemos observado que el hematoma de su tobillo ha desaparecido y que el estado de “pesadez” de las piernas ha mermado.

A la espera de su consulta médica habitual, seguimos con masajes casi semanalmente los cuales está claro que no solucionan el problema, pero si que provocan en el cliente un descanso notable.

Un saludo.



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La importancia de querer sanarse a uno mismo

Durante todo el tiempo que llevo en este apasionante mundo de las terapias alternativas, especialmente en el masaje, me ha dado tiempo a conocer a muchísima gente. Personas de muy diferente forma de pensar, de vivir, de comportarse. Lógicamente con las personas que más suelo visitar he creado un fuerte lazo de amistad el cual hace muy agradable el verles semana tras semana.

Hace ya algunos meses observé, o mejor dicho, caí en la cuenta de la clasificación que le podía dar a un determinado grupo de personas en las cuales no me había parado a pensar.

Este grupo de personas son las “que no se quieren curar o sanar”.

Para explicar esto debemos de tener una cosa muy clara: en la mayoría de las terapias alternativas es el cuerpo el que se cura a si mismo mediante la ayuda externa de un terapeuta. Y es que el cuerpo es tan casi perfecto que tiene los remedios precisos para cada tipo de enfermedad que sufrimos pero que por desgracia hemos “olvidado” su uso. En ese momento entra la figura del masajista, reflexólogo, acupuntor, etc. Hay que tener claro que estos personajes tan sólo te ayudan a que todo esté en su perfecto estado para que te auto sanes, pero claro está, el sujeto principal eres tú.

Una vez aclarado esto, sigo con esa clasificación que comentaba al principio, “los que no se quieren curar”.

Y es que hay gente que ha aprendido a vivir enfermos y no hace nada para remediarlo. Si no es dolor de cabeza, es dolor de pie, si no es una muela es la muñeca y ya puede ser tratado por el mejor especialista en su materia que nunca se van a curar ya que son ellos los que fallan.

Ante esto, lo único que me queda decir es que todos tenemos el derecho de vivir en la salud, y para ello hay que tener una mente alegre, abierta y dispuesta a superar las incidencias del día a día.

Un saludo